En torno al mes de la familia, que la Iglesia Chilena promueve en octubre cada año, la comunidad educativo pastoral salesiana de concepción celebró el día de la familia este sábado 5 de octubre.

La instancia fue programada en torno al Aguinaldo del Rector Mayor, la familia como cuna de sueños y esperanzas, y fue organizada por el equipo de animación familiar de la comunidad, compuesta por los coordinadores de los diversos grupos que se ocupan de la animación de las familias del colegio. La actividad se inició el viernes con la ornamentación de los stands de juegos y alimentos y luego desde las 07.30 del día sábado fueron llegando los primeros participantes que estaban a cargo de la animación de las actividades.

Para la celebración, se motivó a los cursos a coordinarse en torno a varios temas de películas, generando instancias donde pudieran presentar artísticamente y preparar los diversos stands con comidas sorteadas para cada nivel.

El día de la familia contó con varias actividades y presentaciones, además de las degustaciones de los platos sorteados por niveles, tal como la presencia de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción. Laboratorio Aeroespacial, Fundación Mustakis - Universidad Federico Santa María (Taller robótica educativa), Carabineros de Chile, Bomberos, muestras de vehículos incluido RallyMobil, música, presentaciones del Taller de Rock de nuestro colegio en sus tres grupos, además de variados espectáculos ad hoc para la ocasión.

La inauguración del día de la familia contó con la presencia del alcalde de Concepción Sr. Álvaro Ortiz, y los representantes de las comunidades pastorales y cursos del colegio.

En la actividad se reconoció el valor fundamental de la familia en toda sociedad, y se valoró la amplia participación de aquellos cursos que se organizaron para participar familiarmente en la actividad. La familia es el primer núcleo fundamental no sólo de la organización social y cuna de los primeros aprendizajes humanos, sino también el seno donde se desarrolla integralmente la apertura a la trascendencia, a través de los valores y la comunión, el valor del trabajo del respeto, de la entrega, de la comunicación de unos con otros, y esta es la base de la experiencia religiosa de nuestra vida que se vincula con la trascendencia divina, que se nos ha revelado en Cristo Jesús.